Goles son amores y no...
Un nuevo clásico vivímos los fanáticos del fútbol el pasado domingo en el estadio Monumental "Davíd Arellano". Y como siempre los duelos entre Colo-Colo y la "U" tuvieron de todo: goles, polémicas, discusiones y tensión en las gradas. Faltaron los expulsados, pero tranqui, tranqui. Para otra vez será.
Analizar lo que pasó en Pedreros, triunfo albo de 4-2, deberá tener a lo menos tres consideraciones. Partimos.
Juego de equilibrios.
Lo que se vió en el pasto colocolino hasta bien entrado el segundo tiempo fue un juego de equilibrios, de una "paz armada" descansando en el evidente desgaste que está sintiendo Colo-Colo y en el exceso de temor azul por ir al frente. El primer tiempo de Colo-Colo fue muy flojo, con Matías Fernández perdido entre su propia ineficiencia y la marca atosigante de los volantes universitarios. En esa primera etapa sólo Alexis Sánchez y Humberto Suazo, autor de un golazo, estuvieron realmente en su nivel. Eso sí: Matigol salvó la plata con una habilitación de lujo para el "Chupete" Goleador.
Por el lado de la visita se notaba el nerviosismo. La "U", que en el resúmen se vio mejor en la primera mitad, no supo o no quiso intentar más allá de lo "recomendable". Se veían más enteros los azules, pero su temor y una cierta falta de elaboración futbolística en el medio terreno les jugaron en contra. Puntos aparte para Rodrigo Valenzuela y Marcelo Salas. Mientras el ex hombre de Unión Española y el América de México se transforma partido a partido en el conductor azul, el "Matador" mostró toda su calidad repartiendo juego y anotando un golazo. De los suyos. 1-1 y a descansar.
Los goles se hacen...
Comenzando el segundo tiempo parecía que la cosa seguía igual. Colo-Colo confundido y la "U", con complicaciones, trataba de hacer algo. Lo tuvo el aregentino ex San Lorenzo de Almagro Rodrigo Astudillo en plena área chica colocolina, pero pifió su remate.

A gol perdido, gol anotado. Y es en este momento en que el duelo tiene su punto clave. Más allá de la publicitada lesión y salida de Marcelo Salas lo realmente trascendental en el duelo dominical fueron los dos goles que Colo-Colo anotó en dos minutos y que sellaron el partido. Tal como se lo comenté a mi hermano en la galería Tucapel de la Ruca, hay una diferencia fundamental entre un buen equipo y un equipo con categoría. El equipo bueno es la "U", el equipo con categoría es mi Colo-Colo. Los azules tuvieron fútbol, llegadas y un Marcelo Salas que sigue dando clase; pero tuvieron dos errores gravísimos en defensa: En el gol de Alexis Sánchez la pierde el lateral Rodrigo Jara cuando el equipo va saliendo. Alvaro Ormeño, que pasa por un gran momento, presiona la salida, le arrebata el balón al azul y habilita a Sánchez que pone en ventaja al Cacique. En la pepa de Ormeño la pierde Gioino -hablar mucho pasa la cuenta a veces, ¿verdad, Sergio?- cuando parten los azules y luego de un parque de diversiones de Gonzalo Fierro a Marcelo Díaz -otro boquita floja- Ormeño
anota sin marca. Creo que la diferencia pasó por estos dos detalles, ya que si bien Colo-Colo no hizo un buen partido, fue capaz de aprovechar los errores del rival, anotar, asegurar el chancho y no volver a cometer los errores defensivos del primer tiempo, donde Miguel Riffo estuvo irreconocible. En la "U" no sirvió de nada hacer un correcto partido hasta ese momento, ya que no puedes cometer esos errores frente a un rival como Colo-Colo. Ahí estuvo la diferencia.
El factor "Salas"
Decir que la "U" depende de Marcelo Salas puede discutirse. Lo cierto es que en el clásico su ausencia se notó. Algunos hinchas azules dirán que ganamos porque él debió salir, pero lo concreto es que no puedes dejar que un jugador con el físico endeble, más allá de su indudable calidad, termine armando el juego y echándose el equipo al hombro. Luego de su salida, y del 4-1 de Colo-Colo, la "U" era un flancito, un edificio a punto de derrumbarse con el más débil soplido. Un equipo que aspira a cosas de importancia no puede darse esos lujos.

Artillería pesada.
"Chupete" Suazo y Alexis Sánchez se convirtieron en los héroes de Colo-Colo. Ante el bajo nivel de Matías Fernández, que ha sentido el peso de la campaña, ambos delanteros vivieron una jornada de gloria. En los momentos precisos anotaron los goles del "Popular" aprovechando los errores del rival y también los méritos propios. Porque Suazo vive con el arco en la mente. Porque Alexis corre toda la cancha y va tras todos los balones. Eso acompañado por un equipo que al fin despertó y por los cambios de Borghi. La defensa se afirmó, con Riffo como en sus tardes más conocidas. Meléndez y Sanhueza, después de un inicio tibio, lograron adueñarse del medioterreno. Matías despertó con timidez, pero se dió mañana de inventar un par de trucos, y Ormeño las hacía todas por su banda. Fierro, que entró en el segundo tiempo, le dio frescura y profundidad a su sector, ante la pasividad de los laterales visitantes.
Así, no extrañó que Colo-Colo terminara poco menos que bailando a una Universidad de Chile que, más allá del segundo descuento de Figueroa, careció de la calidad, contundencia y efectividad de un Colo-Colo que, sin realizar un gran partido, demostró su categoría.
Porque para ganar cosas no se necesita solamente ser un buen equipo, como indudablemente es la "U", sino que se requiere la calidad que distingue a los realmente mejores. Y en estos días, señores, le duela a quién le duela, en Chile la categoría y la calidad tienen un sólo nombre: Colo-Colo.

Salúd, Cacique!!

Analizar lo que pasó en Pedreros, triunfo albo de 4-2, deberá tener a lo menos tres consideraciones. Partimos.
Juego de equilibrios.
Lo que se vió en el pasto colocolino hasta bien entrado el segundo tiempo fue un juego de equilibrios, de una "paz armada" descansando en el evidente desgaste que está sintiendo Colo-Colo y en el exceso de temor azul por ir al frente. El primer tiempo de Colo-Colo fue muy flojo, con Matías Fernández perdido entre su propia ineficiencia y la marca atosigante de los volantes universitarios. En esa primera etapa sólo Alexis Sánchez y Humberto Suazo, autor de un golazo, estuvieron realmente en su nivel. Eso sí: Matigol salvó la plata con una habilitación de lujo para el "Chupete" Goleador.
Por el lado de la visita se notaba el nerviosismo. La "U", que en el resúmen se vio mejor en la primera mitad, no supo o no quiso intentar más allá de lo "recomendable". Se veían más enteros los azules, pero su temor y una cierta falta de elaboración futbolística en el medio terreno les jugaron en contra. Puntos aparte para Rodrigo Valenzuela y Marcelo Salas. Mientras el ex hombre de Unión Española y el América de México se transforma partido a partido en el conductor azul, el "Matador" mostró toda su calidad repartiendo juego y anotando un golazo. De los suyos. 1-1 y a descansar.

Los goles se hacen...
Comenzando el segundo tiempo parecía que la cosa seguía igual. Colo-Colo confundido y la "U", con complicaciones, trataba de hacer algo. Lo tuvo el aregentino ex San Lorenzo de Almagro Rodrigo Astudillo en plena área chica colocolina, pero pifió su remate.

A gol perdido, gol anotado. Y es en este momento en que el duelo tiene su punto clave. Más allá de la publicitada lesión y salida de Marcelo Salas lo realmente trascendental en el duelo dominical fueron los dos goles que Colo-Colo anotó en dos minutos y que sellaron el partido. Tal como se lo comenté a mi hermano en la galería Tucapel de la Ruca, hay una diferencia fundamental entre un buen equipo y un equipo con categoría. El equipo bueno es la "U", el equipo con categoría es mi Colo-Colo. Los azules tuvieron fútbol, llegadas y un Marcelo Salas que sigue dando clase; pero tuvieron dos errores gravísimos en defensa: En el gol de Alexis Sánchez la pierde el lateral Rodrigo Jara cuando el equipo va saliendo. Alvaro Ormeño, que pasa por un gran momento, presiona la salida, le arrebata el balón al azul y habilita a Sánchez que pone en ventaja al Cacique. En la pepa de Ormeño la pierde Gioino -hablar mucho pasa la cuenta a veces, ¿verdad, Sergio?- cuando parten los azules y luego de un parque de diversiones de Gonzalo Fierro a Marcelo Díaz -otro boquita floja- Ormeño

El factor "Salas"
Decir que la "U" depende de Marcelo Salas puede discutirse. Lo cierto es que en el clásico su ausencia se notó. Algunos hinchas azules dirán que ganamos porque él debió salir, pero lo concreto es que no puedes dejar que un jugador con el físico endeble, más allá de su indudable calidad, termine armando el juego y echándose el equipo al hombro. Luego de su salida, y del 4-1 de Colo-Colo, la "U" era un flancito, un edificio a punto de derrumbarse con el más débil soplido. Un equipo que aspira a cosas de importancia no puede darse esos lujos.

Artillería pesada.
"Chupete" Suazo y Alexis Sánchez se convirtieron en los héroes de Colo-Colo. Ante el bajo nivel de Matías Fernández, que ha sentido el peso de la campaña, ambos delanteros vivieron una jornada de gloria. En los momentos precisos anotaron los goles del "Popular" aprovechando los errores del rival y también los méritos propios. Porque Suazo vive con el arco en la mente. Porque Alexis corre toda la cancha y va tras todos los balones. Eso acompañado por un equipo que al fin despertó y por los cambios de Borghi. La defensa se afirmó, con Riffo como en sus tardes más conocidas. Meléndez y Sanhueza, después de un inicio tibio, lograron adueñarse del medioterreno. Matías despertó con timidez, pero se dió mañana de inventar un par de trucos, y Ormeño las hacía todas por su banda. Fierro, que entró en el segundo tiempo, le dio frescura y profundidad a su sector, ante la pasividad de los laterales visitantes.
Así, no extrañó que Colo-Colo terminara poco menos que bailando a una Universidad de Chile que, más allá del segundo descuento de Figueroa, careció de la calidad, contundencia y efectividad de un Colo-Colo que, sin realizar un gran partido, demostró su categoría.
Porque para ganar cosas no se necesita solamente ser un buen equipo, como indudablemente es la "U", sino que se requiere la calidad que distingue a los realmente mejores. Y en estos días, señores, le duela a quién le duela, en Chile la categoría y la calidad tienen un sólo nombre: Colo-Colo.

Salúd, Cacique!!
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